La primera temporada de ‘Isabel’ se ha revelado como una ficción bien construida que sin ser una obra maestra resulta bastante entretenida. El episodio del enlace entre Fernando de Aragón y la infanta castellana batió su propio récord con 4,6 millones de espectadores y un 22% de cuota de pantalla.

Con tan buenos resultados no es de extrañar que TVE negociase con DiagonalTV la renovación de la serie a pesar del calvario que ‘Isabel’ estaba sufriendo a causa de los recortes presupuestarios en la cadena pública. Tal fue la desesperanza que la productora temió no ver nunca estrenada la ficción histórica y mucho menos una renovación para una segunda entrega, por lo que desmontaron casi la totalidad de los decorados.

Pero al saltar la noticia de que TVE y DiagonalTV finalmente llegaron a un acuerdo, me asaltan las dudas. ¿Es viable una serie de estas características en una cadena azotada por los recortes y mantenida por los contribuyentes? Cada episodio nos sale demasiado caro, aunque ya se sabe la unión de cada español con la cadena pública es como la de dos recién casados: en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe.