La mala suerte que Telecinco cosecha con sus series va camino de convertirse en un fenómeno paranormal propio de uno de los episodios de ‘El don de Alba‘, su más reciente fracaso hasta el estreno de la aberrante ‘Esposados‘.
Ambas se unen asà a una larga lista negra compuesta por ficciones como ‘Piratas’, ‘Homicidios’, ‘Cheers’, ‘ParejologÃa 3×2’ o ‘La Fuga’ entre otras.
Con este panorama, no es de extrañar que Telecinco ande con pies de plomo a la hora de preparar y estrenar nuevas series. No sólo tienen que hacer frente a los prejuicios de los espectadores (que a juzgar por los resultados acaban teniendo razón) sino también a la caÃda de la facturación publicitaria.
Todo ello acaba teniendo efectos desastrosos pero ¿cuáles son las causas?
La crisis económica lleva a las cadenas de televisión a reservar sus ficciones para momentos más propicios y algunas caen en el olvido.
Desde que los seriéfilos conocen que se va a preparar o adaptar una serie hasta que ésta ve finalmente la luz pueden pasar meses e incluso años. En consecuencia acaban perdiendo interés por ella con fatales consecuencias en el momento de su estreno.
Otro de los grandes problemas de nuestra ficción es la obligación de contentar a la señora de Cuenca. Es decir, crear ficciones que gusten necesariamente a todos los públicos. Una tarea ardua y casi imposible pues los gustos de una jubilada difÃcilmente pueden coincidir con los de un veinteañero.
También es destacable la tendencia de las televisiones a encargar a las productoras historias muy parecidas a las que triunfaron hace años para tratar de repetir éxito. Pero como el ciudadano actual no es el mismo que el de hace una década, éste opta por apagar el televisor y encender el ordenador en busca de su propio entretenimiento.
Además, ¿qué necesidad tenemos de volver a ver ‘Cheers’ o ‘Entre fantasmas’ con actores españoles? Sobre todo cuando en Divinity y FDF han repuesto las originales con meses de diferencia. ¿Por qué Ãbamos a enchufar la televisión para ver lo mismo una y otra vez pero con diferentes intérpretes o decorados? Es una pérdida de tiempo.
A todo ello hay que añadir el poco tacto que las televisiones muestran con los espectadores cambiando repentinamente las fechas y horarios de emisión de sus series en función de sus guerras de contraprogramación o para beneficiar a otros programas de la cadena. Y si ya incluimos las pausas publicitarias eternas y que el inicio del prime time se ha retrasado hasta las 22.45 de la noche, seguir una serie por televisión se ha convertido en una tarea complicadÃsima.
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Fuente – Elaboración propia
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