‘La que se avecina’: nacer, crecer y morir

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Anoche terminó la sexta temporada de ‘La que se avecina’. Resulta paradójico que el buen dato que registró su capítulo final (20,7%) fuese inversamente proporcional a la calidad que la comedia ha mostrado a lo largo de esta entrega, que ha sido pésima.
Ni siquiera la incorporación de antiguos personajes como Sergio Arias o Violeta Recio ha podido revitalizar una serie estancada, que va cuesta abajo y sin frenos.

A pesar de ello, ‘La que se avecina’ seguirá tendiendo recorrido al menos durante dos temporadas más. E incluso se habla de un futuro spin off centrado en varios personajes de la serie. Sin embargo, ¿está en condiciones de continuar adelante?

La respuesta es sí puesto que mientras los espectadores continúen respaldándola, seguiremos viendo en la pequeña pantalla las vicisitudes de esta peculiar comunidad de vecinos. Pero eso no quita que ‘La que se avecina’ se regodee en lo mismo de siempre: Amador ya no puede ser más gañán, Vicente más vago, Antonio más malvado, Coque más corto o Enrique más pringado.

Esta temporada si se ha caracterizado por algo es por tratar temas de actualidad como la crisis económica o los bebés robados y temas polémicos como el aborto o los desahucios. Tanto para hacer chanza o como denuncia social. Sea como fuere, los guionistas han querido dejar constancia de su opinión y hacer partícipe a la audiencia de sus pareceres.
El alegato contra la corrupción y la crisis económica que anoche, paradójicamente, realizó el personaje más lelo de todos fue apoteósico. La guinda de un pastelazo que se estuvo horneando toda la temporada.

‘La que se avecina’ es ya tremendamente previsible y por consiguiente aburrida. Fiel reflejo de sus comienzos, aunque mucho más chabacana y descarada. Como si el clan ‘Aída’ se hubiese trasladado a vivir a una urbanización de nueva construcción en la periferia de Madrid.

Tras vivir su apogeo en la tercera y cuarta entrega, la quinta se descubrió decepcionante y la sexta en cuanto a tramas y personajes ha sido sencillamente penosa. Contemplar cómo se arrastra moribunda, una comedia antaño desternillante es lamentable.

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Una de las causas del desgaste de la ficción se debe a la sobrexplotación del carisma de ciertos personajes sobre los que ha descansado buena parte de su éxito: Antonio Recio, Amador Rivas o Enrique Pastor. Sus circunstancias personales se hacen especialmente tediosas porque son repetitivas y siempre acaban mal para ellos.

Por otro lado, otra de las debilidades que sufre se manifiesta por medio de las parejas de la vecindad. No terminan de funcionar, unas porque no hay química (Sergio Arias y Raquel), otras porque son repetitivas (Los Cuquis) y las últimas porque son desquiciantes (Enrique y Judith y Javi y Lola).

El único revulsivo positivo que he encontrado en la sexta temporada ha sido la incorporación de los padres de Lola a las tramas. El fichaje de Fernando Tejero ha sido un soplo de aire fresco y el regreso de Antonia San Juan, para dar vida a la histriónica Estela Reynolds, será uno de los pilares fundamentales en torno a los cuales se construya la séptima entrega.

Más información – ‘La que se avecina’ necesita la extremaunción

Fuente – Elaboración propia
Foto – Vayatele en Google Imágenes
Foto – Vayatele en Google Imágenes

 

3 comentarios en «‘La que se avecina’: nacer, crecer y morir»

  1. mucha critica mala veo sobre lqsa que no ha tenido una temporada excelente pero no pésima como la catalogan muchos, sin embargo la serie aida lleva 4 años o mas con tramas chorras y temporadas dignas de ser vomitadas y no veo apenas críticas.

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    • Una vez que se llega a la cima, sólo queda el camino del descenso. ‘La que se avecina’ tocó techo durante la 3ª y 4ª temporada, las mejores a mi juicio. En lugar de renovar por una decepcionante 5ª entrega, quizás fue el momento de darle un final por todo lo alto por medio de un par de episodios que sirviesen de desenlace.

      El nivel de LQSA durante esta temporada ha sido ínfimo. Tramas disparatadas, previsibles y aburridas representadas por unos personajes ya agotados que ahora se han convertido en caricaturas de sí mismos.

      Las coletillas y gags que hacían gracia en su etapa de apogeo, si se repiten hasta la saciedad dos temporadas después resultan terriblemente irritantes. LQSA no puede vivir eternamente del «Mayorista no limpio pescado», «Qué ataque más gratuito» y diálogos por el estilo. Eso tuvo gracia antaño pero ya no.

      ‘Aída’ me parece tan abominable que es mejor evitarla en la tele y en cualquier parte xD

      ¡Saludos!

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  2. A mi si me han gustado algunos capítulos. como sugerencia a los guionistas les diría que sobra el rudo taco ibérico. Las comedias americanas triunfan en España sin usar lenguaje soez. No es que me escandalice pero creo que el humor sutil, absurdo o de otro tipo mejora una comedia

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