Lo cierto es que con ese nombre y sabiendo cómo se las gastan los mandatarios y los polÃticos del mundo y cómo lo han hecho a lo largo de la humanidad (el poder o la posibilidad de tener poder o de perder el poder son cosas que corrompen…) no hay que ser muy espabilado para saber que no has de fiarte del Gobernador en The Walking Dead por mucho que ahora se haga llamar Brian.
El que tuvo retuvo.
Y yo, que soy demasiado ingenuo y que incluso en las series trato de buscar ese resquicio de humanidad que queda en la sociedad (el cual si brota, ha de ser en tiempos de apocalipsis) ya me fié dos veces de este personaje (cuando apareció… y ciertamente no sé cómo no vi su maldad oculta pero bien visible) y ahora que parecÃa haber encontrado una razón por la que tratar de ser buena persona.
Dos chascazos que me llevé (por tonto… porque madre mÃa…).
Sin embargo la razón para tratar de ser buena persona (la nueva «hija» que proteger) es interpretada por él simplemente como algo persona, que le permitirá redimirse de lo ocurrido con su propia hija… y por ello es capaz de cometer crÃmenes y tropelÃas que nada tienen de humano.
ParecÃa muerto pero está vivo. ParecÃa abandonado y desarmado y tiene un nuevo ejército cargado de munición hasta las trancas.
Lo dicho. Nunca te fÃes del Gobernador… por mucho que ahora se haga llamar Brian.
Más información – The Walking Dead