Como sabéis, de vez en cuando nos gusta detenernos en alguno de los zombis que se generan fruto de los hechos de los capÃtulos de The Walking Dead. La idea de un ser sin raciocinio, que solo tira para delante buscando carne fresca ajeno a todo lo que pase a su alrededor da como resultado sorprendentes propuestas cuando los guionistas son buenos.
En este caso, el Gobernador tira a un hombre muerto al lago con un peso atado al pie, pero sin atravesarle el cerebro (posiblemente a propósito para hacer el experimento). Ello acaba por producir la imagen más sorprendente del capÃtulo.
Y es que al final del mismo, justo antes de dar con la cárcel, Brian, como ahora conoce todo el mundo al Gobernador, acude a ese mismo punto para meditar y cuando la cámara se acerca al agua se ve qué es lo que tan atentamente está mirando este cambiante y maligno personaje: el muerto se ha convertido en zombi, el agua no le afecta, no necesita oxÃgeno, tan solo trata de salir a la superficie con gesto de querer comer pese a que el peso se lo impide.
Parece condenado a permanecer asà hasta el fin de los tiempos o hasta que alguien se tope con él, cosa poco probable y decida finalizar con su calvario.
Genial detalle de los guonistas.
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